Desde siempre, de una u otra forma, las empresas han estado pendientes del progreso tecnológico a través de las patentes que se genera en su entorno. Como ejemplo de ello, podemos citar que en el siglo XVIII ya existía en Suecia la revista: “Den Goteborg Spionen”, que informaba de los avances tecnológicos que se producían en otros países, como por ejemplo la fabricación de azulejos en Italia, o la imprenta automática en Alemania y sin olvidar al resurgimiento tecnológico del Japón en la posguerra. En los tiempos de Galileo, cuando se desarrolló el telescopio, herramienta que permitía visualizar a grandes distancias, se le dio gran utilidad y valor a esta herramienta para propósitos militares, pues se podía anticipar la estrategia del enemigo y así poder tener una táctica eficiente.
En la actualidad, las empresas emplean diferentes medios para estar pendientes de los avances tecnológicos de sus competidores, realizan una “vigilancia” mediante la lectura de revistas técnicas, la asistencia a seminarios y exposiciones, el examen de los productos de los competidores, el análisis de las patentes, etc.
Aunado al interés de las empresas de mantenerse en un nivel competitivo tal, que les permita obtener ventajas sobre sus competidores, la dinámica de nuestros tiempos, y el aumento de información disponible obligan a la empresa a mantenerse al tanto de los nuevos avances tecnológicos, con el objetivo de “no inventar lo ya inventado” y de administrar y obtener el mayor provecho de los recursos disponibles.
Así es como surge un nuevo concepto denominado Vigilancia Tecnológica, que permite a la empresa obtener información sobre lo que está sucediendo en una determinada área tecnológica, sobre qué área se están concentrando los avances más recientes, qué temas innovadores han ido surgiendo, cuáles son las líneas de investigación emergentes, cuáles son las empresas, instituciones o investigadores independientes líderes en investigación sobre una tecnología determinada.
La obtención y el análisis de toda esta información permitirá a la empresa la toma de decisiones con respecto a gestión de recursos, investigación y desarrollo, así como las posibles oportunidades para la creación e introducción de nuevos productos al mercado.
Como se mencionó anteriormente, las fuentes de información para llevar a cabo Vigilancia Tecnológica pueden ser diversas, pero sin duda uno de los medios de mayor confiabilidad e importancia, son las patentes.
En comparación con otras fuentes de información tecnológica, los documentos de patente tienen considerables ventajas.
Son el medio de divulgación tecnológica de más reciente publicación.
Tienen una estructura uniforme a nivel internacional.
Cubren prácticamente la totalidad de lo que es nuevo y relevante internacionalmente en la tecnología aplicada por la industria.
Contienen información que no se publica en otro tipo de bibliografía.
Contienen un resumen.
· Están ordenados según un sistema de clasificación.
· Indican el nombre y dirección del solicitante, inventor y titular.
Así pues, el concepto de Vigilancia Tecnológica se transforma en un aspecto que genera cada vez mayor interés en las empresas que desean mantenerse a la vanguardia en los avances tecnológicos y uno de los medios ideales para llevar a cabo esta actividad es el empleo de la información tecnológica contenida en los documentos de patente.